Experiencia con la copa menstrual
Hola! Hoy quiero compartir con ustedes esta experiencia inolvidable. El propósito de ésta entrada es que conozcan la copa menstrual y si tienen dudas o malas experiencias con la misma, vean que todas pasamos por un proceso de aprendizaje. Al final, tú decides usarla o no. El período de prueba (en el que ves si la copa es para ti o no) dura 4 períodos, por lo tanto, éste texto va a ser algo extenso, porque contaré mi experiencia muy detalladamente.
Para l@s que no sepan que es una copa menstrual, les cuento que es un método de continencia femenina ecológico hecho de elastómero medicinal o silicón quirúrgico.
¿Cómo funciona? La copa se inserta como un tampón pero no tan arriba, simplemente un poco más elevada de la abertura vaginal; la cual posee 2 pequeños agujeros en la parte de arriba que generan una especie de vacío, para evitar que se mueva, y a la vez se encargara de recolectar la sangre menstrual. Puedes tenerla hasta por un período de 12 horas, pero como cada mujer es diferente, y en consecuencia, en algunas puede haber flujo abundante y en otras no; puede que sea necesario vaciarla más seguido.
La copa se caracteriza por ser suave y cómoda, pues se adapta a las paredes vaginales y viene en diferentes tallas, por lo que es ideal tanto para una chica que no ha tenido relaciones sexuales hasta para una mujer que haya tenido hijos por parto natural.
Otra ventaja es que al adherirse a nosotras, nos permite realizar cualquier actividad sin preocuparnos por mancharnos.
Además, ¿ya les conté que dura 10 años?¡Sí, así es! La copa está diseñada para usar, vaciar, limpiar y volver a colocar, por lo que, podrás usarla todos los días de tu período, y con el debido cuidado, puedes llegar a usarla por el tiempo que ya mencioné antes.
Su costo va desde los $270 hasta los $800 dependiendo la marca que se adquiera. Al principio puede ser cara, pero si se ponen a sumar todo lo que gastan en tampones y/o toallas sanitarias en un año, puede que hasta sea más de lo que vale la copita más económica.
Ahora que ya mencioné las prodigiosas ventajas de la copa, probablemente se pregunten, ¿por qué no es tan conocida? Bueno, nueva no es, las primeras copas comenzaron a usarse en 1920; por lo tanto no es culpa de una mala mercadotecnia, sino de la cultura. En México se tiene la costumbre de usar y tirar, dando como consecuencia que la copa sea muy poco conocida.
¿Cómo se usa?
En el siguiente vídeo, nos muestran como limpiarla, introducirla, y sacarla
Ahora, una vez aclarado qué es una copa y todo lo que conlleva, quiero compartirles mi historia con la copa.
Me enteré de su existencia en marzo de este año, por cuestiones de azar llegué a una tienda en línea dónde explicaban todo sobre ella. Como se imaginaran, mi curiosidad estaba al límite e investigué más y más hasta que quedé fascinada de haber encontrado una alternativa a las molestas toallas que siempre había detestado.
Decidí comprar una, pero quería hacerlo con mi propio dinero, por lo cual no pude obtener una en ese momento dado que no cubría el costo de la copa. Así que empecé a ahorrar y fue hasta julio que me animé a comprar mi copita.
Estaba realmente emocionada, cuando llegó me asusté un poco pero el miedo era mínimo comparado con la felicidad que poseía, sin embargo, mi mamá no estaba para nada entusiasmada, se enojó y me dijo una serie de barbaridades que ni ustedes están para saberlo ni yo para contarlo, me enojé con ella y traté de explicarle como funcionaba, pero no me escuchó.
Cuando llegó mi período en agosto, estaba emocionada, procedí a esterilizar mi copa, y cuando mi mamá me vio, de nuevo comenzó con sus discursos pesimistas; decidí ignorarla y cuando terminé de esterilizarla, me subí a mi cuarto y me dispuse a introducirla, todo iba bien pero cuando comencé a introducir la parte más ancha de la copa, me dolió. Tenía clases ese día por lo que decidí dejar de intentarlo.
Regresé de la escuela y comencé a navegar por Internet, tratando de averiguar qué había pasado, ingresé en un grupo de Facebook en el que varias chicas compartían sus testimonios, consejos y demás sobre la copa. Les compartí mi historia y me dijeron que me había estresado, cuando leí eso pensé que no, que en realidad tal vez la copa no era para mí (pero ahora que lo veo desde otra perspectiva, sé que sí, estaba muy estresada).
Transcurrió el mes de agosto, y yo no había usado mi copita, decidí que no me pasaría lo mismo y comencé a practicar ejercicios de Kegel, la mayoría de las veces se me olvidaba hacerlos, pero un día, una chica me dijo que para que no se me olvidara hacerlos, cada vez que recibiera una notificación en el celular, hiciera el ejercicio, al principio se me hacía raro pues nunca en mi vida los había hecho, pero después de un tiempo me acostumbré.
En septiembre llegó mi período, estaba realmente emocionada, nerviosa, asustada y demás.
PRIMER PERÍODO CON LA COPA.
Día 1.
Me encerré en el baño y le ordené a todos que no me molestaran, seguramente mi mamá intuyó lo que estaba pasando. Una vez sola, respiré, respiré y traté de dejar de temblar, era un gran cambio para mí y era el momento de saber si podría o no hacerlo. Doblé la copa en forma de tulipán y con el instructivo en mano, comencé a introducirla; no quería entrar, pero me convencí de que no saldría de ahí hasta que la copa estuviera dentro de mí. Después de 40 minutos, cuando menos me di cuenta, ya no tenía más copa que introducir, ¡lo había logrado! Comencé a bailar y a saltar jajaja e hice sentadillas, pues en mi instructivo decía que podía hacerlas para asegurarme de que se abriera.
Fui a acostarme más fascinada que nunca.
Día 2.
Lo primero que hice al despertar, fue ver si había tenido fugas, pero afortunadamente, no pasó nada. Pero, ahora venía un reto: sacar la copita. De nuevo me encerré y tras varios empujones con mis músculos pélvicos, logré que apareciera la colita de la copa, empecé a romper el vacío que se genera y de un momento a otro, salió y no la pude agarrar por lo que mi baño terminó hecho una escena de crimen brutal. Pese a todo esto yo estaba más que feliz, jaja, había logrado insertarla y sacarla, por lo que tener que limpiar no fue un gran problema para mí.
Después de bañarme procedí a volver a colocarla, de nuevo tardé alrededor de 30 minutos, pero me molestaba el apéndice de la copa, aunque no dije nada pues supuse que era porque no estaba acostumbrada. El día transcurrió y me siguió molestando, así que hasta que pude estar a solar (ese día había tenido una fiesta en mi casa) comencé a preguntar en el grupo de testimonios, si era normal. Naturalmente, me contestaron que lo mejor era que la recortara un poco, pero que tuviera mucho cuidado pues de lo contrario, podría perforar mi copita.
La recorté, la limpié y volví a introducirla en 30 minutos jaja pero efectivamente, ya no me lastimaba.
Día 3.
Cuando traté de sacarla, no la encontré, me alarmé demasiado, pero pensé con obviedad que la copa no podía perderse dentro de mí. Hice más ejercicios de Kegel y logré vislumbrar el pequeño apéndice de mi copita, me tardé en sacarla de nuevo y me arrepentí por habérselo cortado, pensando que ahora sería más difícil sacarla.
Día 4.
Este día fue realmente el más tormentoso. Tardé más de una hora y media en sacar la copa, me frustré y me enojé conmigo misma, incluso llegué a llorar. Pero cuando todo ese furor se esfumó, logré tranquilizarme y sacar la copa. Los días anteriores la había introducido y sacado parada, pero en esa ocasión la saqué sentada y me di cuenta que había sido mucho más fácil y que además, tenía mayor control de la copa.
También comprendí que sacaba la copa con mayor facilidad cuando estaba llena y que por el contrario, cuando estaba casi vacía, tardaba más en sacarla. Me agradó descubrir esto porque fue como una especie de comunicación conmigo misma, indirectamente.
Honestamente no utilicé la copa los tres días siguientes de mi período, dado que me había abrumado y cansado estar metiendo y sacándola.
SEGUNDO PERÍODO CON LA COPA
Día 1.
Me fue muy bien, aunque tuve cólicos un tanto fuertes pero nada que no me quitara un poco de té y descanso.
Día 2.
Cada vez me siento más identificada con la copa y me cuesta menos trabajo insertarla y sacarla; como ya se los había mencionado, descubrí que es mucho más fácil sacar la copita sentada, aunque claro eso varía según cada mujer.
Día 3 y 4.
Si no les había contado antes, bueno les digo ahora, la copa trae por dentro un indicador de cuanto flujo recolecta, por lo cuál puedes ver cuánto menstrúas realmente. A mí me habían dicho que en total era sólo lo de una cucharada pero ¡no! desde el día 1 al 4 llevaba 20 ml por cada día.
Día 5 y 6
A diferencia del período anterior, ésta vez si use la copa todos los días de mi menstruación, por lo que me di cuenta que en estos 2 días mi período se redució a 10 ml y después a 6 ml respectivamente.
Día 7
Este fue el "día borra" de mi período, (en el cual el flujo se torna más oscuro muestra de que está por irse).
En conclusión de toda la semana puedo decir que fue muy placentera, no sentí la copa y pude realizar mis actividades cotidianas sin preocuparme por fugas.
TERCER PERÍODO CON LA COPA
Día 1.
Éste período sin duda fue muy extraño. Mi regla se atrasó dos días, lo cuál definitivamente se me hizo raro dado que desde mayo, a través de la menstruación consciente (dale clic para saber más sobre ella) me volví regular.
También se me redujo; por lo general, los primeros 3 días, mi copita marca 25 ml por cada día, y en ésta ocasión sólo llené 21 ml. Much@s dirán "sólo son 4 ml", pero cuando se tiene el control de tu menstruación muy fijado, esto sin duda es cuestionable.
Día 2.
Lo que no menstrué el día 1, lo menstrué en éste jajaja. En total fue de 35 ml. Ese sí que fue un día ajetreado, anduve en carretera y no me ayudó mucho el estar "vaciando" más sangre de lo normal. Tuve que acudir a un baño público, y cómo sabrán, fue la primera vez que tendría que sacar y vaciar la copa fuera de mi confortable baño.
Estaba un poco paranoica, llegué a pensar que si la sacaba se iban a impregnar en ella miles de bacterias provenientes del aire del baño, que me iban a causar una enfermedad y que me iba a morir. Bueno no morí, y con la ayuda de una botellita con agua enjuague mi copa una vez afuera y la volví a insertar.
Pero ahí no terminó todo, nos dirigíamos a la casa de mis abuelos, su casa está rodeada y rodeada de áreas verdes, por lo que su baño me ha dado desconfianza desde que tengo uso de razón, y ahora con la necesidad de vaciar mi copa no pude evitar imaginar que algún animal podría acercárseme mientras yo estaba sacando o introduciendo mi copa. Afortunadamente, nada de eso paso, y pude hacer todo con gran facilidad.
Día 3.
Mi flujo sólo abarcó los 18 ml durante todo el día, por lo que pude regresar a mi casa y vaciar la copa en ella.
Día 4 y 5.
Sólo tuve 9 ml y 3ml respectivamente
Día 6
Este fue mi día borra, por lo que mi período se redujo un día. De nuevo pueden decir que solamente fue un día, pero si se pone atención a cada menstruación que hemos tenido, podemos tener una noción de lo que es "normal" cada mes, y en mi caso "normal" es que me dure más días, no que se me reduzca.
CUARTO PERIODO CON LA COPA
Día 1
De nuevo me tocó menstruar estando fuera de casa, pero no fue un gran problema como el mes anterior.
Día 2 al 6
Todo pasó de maravilla, la copa y yo somos aliadas ahora.
Puedo decir totaalmente segura que JAMÁS regresaré a los productos desechables, estos meses han sido maravillosos, mi menstruación ya no es algo desagradable, puedo realizar mis actividades sin preocuparme por si ya se llenó la toalla.
Espero que este largo escrito te sirva de algo y que te animes a cambiar también. Como siempre, son bien recibidos tus comentarios (:
Para l@s que no sepan que es una copa menstrual, les cuento que es un método de continencia femenina ecológico hecho de elastómero medicinal o silicón quirúrgico.
¿Cómo funciona? La copa se inserta como un tampón pero no tan arriba, simplemente un poco más elevada de la abertura vaginal; la cual posee 2 pequeños agujeros en la parte de arriba que generan una especie de vacío, para evitar que se mueva, y a la vez se encargara de recolectar la sangre menstrual. Puedes tenerla hasta por un período de 12 horas, pero como cada mujer es diferente, y en consecuencia, en algunas puede haber flujo abundante y en otras no; puede que sea necesario vaciarla más seguido.
La copa se caracteriza por ser suave y cómoda, pues se adapta a las paredes vaginales y viene en diferentes tallas, por lo que es ideal tanto para una chica que no ha tenido relaciones sexuales hasta para una mujer que haya tenido hijos por parto natural.
Otra ventaja es que al adherirse a nosotras, nos permite realizar cualquier actividad sin preocuparnos por mancharnos.
Además, ¿ya les conté que dura 10 años?¡Sí, así es! La copa está diseñada para usar, vaciar, limpiar y volver a colocar, por lo que, podrás usarla todos los días de tu período, y con el debido cuidado, puedes llegar a usarla por el tiempo que ya mencioné antes.
Su costo va desde los $270 hasta los $800 dependiendo la marca que se adquiera. Al principio puede ser cara, pero si se ponen a sumar todo lo que gastan en tampones y/o toallas sanitarias en un año, puede que hasta sea más de lo que vale la copita más económica.
Ahora que ya mencioné las prodigiosas ventajas de la copa, probablemente se pregunten, ¿por qué no es tan conocida? Bueno, nueva no es, las primeras copas comenzaron a usarse en 1920; por lo tanto no es culpa de una mala mercadotecnia, sino de la cultura. En México se tiene la costumbre de usar y tirar, dando como consecuencia que la copa sea muy poco conocida.
¿Cómo se usa?
En el siguiente vídeo, nos muestran como limpiarla, introducirla, y sacarla
Ahora, una vez aclarado qué es una copa y todo lo que conlleva, quiero compartirles mi historia con la copa.
Me enteré de su existencia en marzo de este año, por cuestiones de azar llegué a una tienda en línea dónde explicaban todo sobre ella. Como se imaginaran, mi curiosidad estaba al límite e investigué más y más hasta que quedé fascinada de haber encontrado una alternativa a las molestas toallas que siempre había detestado.
Decidí comprar una, pero quería hacerlo con mi propio dinero, por lo cual no pude obtener una en ese momento dado que no cubría el costo de la copa. Así que empecé a ahorrar y fue hasta julio que me animé a comprar mi copita.
Estaba realmente emocionada, cuando llegó me asusté un poco pero el miedo era mínimo comparado con la felicidad que poseía, sin embargo, mi mamá no estaba para nada entusiasmada, se enojó y me dijo una serie de barbaridades que ni ustedes están para saberlo ni yo para contarlo, me enojé con ella y traté de explicarle como funcionaba, pero no me escuchó.
Aún así no pudo arrebatarme la idea de usarla y la felicidad que contenía; tanta fue mi alegría que no me percaté de que la talla de mi copa era incorrecta y en cuánto mi mamá se enteró, comenzó a decirme que era una señal, de que ¡no debía usarla!
Honestamente, en verdad me exasperó, pero no dejé que me bajara los ánimos y me puse en contacto con la empresa con la que había adquirido la copa, se disculparon y me enviaron la talla correcta. ¡Mi copa llegó el día de mi cumpleaños! Ésta vez, fui yo quién le dijo a mi mamá que era una señal jaja
Cuando llegó mi período en agosto, estaba emocionada, procedí a esterilizar mi copa, y cuando mi mamá me vio, de nuevo comenzó con sus discursos pesimistas; decidí ignorarla y cuando terminé de esterilizarla, me subí a mi cuarto y me dispuse a introducirla, todo iba bien pero cuando comencé a introducir la parte más ancha de la copa, me dolió. Tenía clases ese día por lo que decidí dejar de intentarlo.
Regresé de la escuela y comencé a navegar por Internet, tratando de averiguar qué había pasado, ingresé en un grupo de Facebook en el que varias chicas compartían sus testimonios, consejos y demás sobre la copa. Les compartí mi historia y me dijeron que me había estresado, cuando leí eso pensé que no, que en realidad tal vez la copa no era para mí (pero ahora que lo veo desde otra perspectiva, sé que sí, estaba muy estresada).
Transcurrió el mes de agosto, y yo no había usado mi copita, decidí que no me pasaría lo mismo y comencé a practicar ejercicios de Kegel, la mayoría de las veces se me olvidaba hacerlos, pero un día, una chica me dijo que para que no se me olvidara hacerlos, cada vez que recibiera una notificación en el celular, hiciera el ejercicio, al principio se me hacía raro pues nunca en mi vida los había hecho, pero después de un tiempo me acostumbré.
En septiembre llegó mi período, estaba realmente emocionada, nerviosa, asustada y demás.
PRIMER PERÍODO CON LA COPA.
Día 1.
Me encerré en el baño y le ordené a todos que no me molestaran, seguramente mi mamá intuyó lo que estaba pasando. Una vez sola, respiré, respiré y traté de dejar de temblar, era un gran cambio para mí y era el momento de saber si podría o no hacerlo. Doblé la copa en forma de tulipán y con el instructivo en mano, comencé a introducirla; no quería entrar, pero me convencí de que no saldría de ahí hasta que la copa estuviera dentro de mí. Después de 40 minutos, cuando menos me di cuenta, ya no tenía más copa que introducir, ¡lo había logrado! Comencé a bailar y a saltar jajaja e hice sentadillas, pues en mi instructivo decía que podía hacerlas para asegurarme de que se abriera.
Fui a acostarme más fascinada que nunca.
Día 2.
Lo primero que hice al despertar, fue ver si había tenido fugas, pero afortunadamente, no pasó nada. Pero, ahora venía un reto: sacar la copita. De nuevo me encerré y tras varios empujones con mis músculos pélvicos, logré que apareciera la colita de la copa, empecé a romper el vacío que se genera y de un momento a otro, salió y no la pude agarrar por lo que mi baño terminó hecho una escena de crimen brutal. Pese a todo esto yo estaba más que feliz, jaja, había logrado insertarla y sacarla, por lo que tener que limpiar no fue un gran problema para mí.
Después de bañarme procedí a volver a colocarla, de nuevo tardé alrededor de 30 minutos, pero me molestaba el apéndice de la copa, aunque no dije nada pues supuse que era porque no estaba acostumbrada. El día transcurrió y me siguió molestando, así que hasta que pude estar a solar (ese día había tenido una fiesta en mi casa) comencé a preguntar en el grupo de testimonios, si era normal. Naturalmente, me contestaron que lo mejor era que la recortara un poco, pero que tuviera mucho cuidado pues de lo contrario, podría perforar mi copita.
La recorté, la limpié y volví a introducirla en 30 minutos jaja pero efectivamente, ya no me lastimaba.
Día 3.
Cuando traté de sacarla, no la encontré, me alarmé demasiado, pero pensé con obviedad que la copa no podía perderse dentro de mí. Hice más ejercicios de Kegel y logré vislumbrar el pequeño apéndice de mi copita, me tardé en sacarla de nuevo y me arrepentí por habérselo cortado, pensando que ahora sería más difícil sacarla.
Día 4.
Este día fue realmente el más tormentoso. Tardé más de una hora y media en sacar la copa, me frustré y me enojé conmigo misma, incluso llegué a llorar. Pero cuando todo ese furor se esfumó, logré tranquilizarme y sacar la copa. Los días anteriores la había introducido y sacado parada, pero en esa ocasión la saqué sentada y me di cuenta que había sido mucho más fácil y que además, tenía mayor control de la copa.
También comprendí que sacaba la copa con mayor facilidad cuando estaba llena y que por el contrario, cuando estaba casi vacía, tardaba más en sacarla. Me agradó descubrir esto porque fue como una especie de comunicación conmigo misma, indirectamente.
Honestamente no utilicé la copa los tres días siguientes de mi período, dado que me había abrumado y cansado estar metiendo y sacándola.
SEGUNDO PERÍODO CON LA COPA
Día 1.
Me fue muy bien, aunque tuve cólicos un tanto fuertes pero nada que no me quitara un poco de té y descanso.
Día 2.
Cada vez me siento más identificada con la copa y me cuesta menos trabajo insertarla y sacarla; como ya se los había mencionado, descubrí que es mucho más fácil sacar la copita sentada, aunque claro eso varía según cada mujer.
Día 3 y 4.
Si no les había contado antes, bueno les digo ahora, la copa trae por dentro un indicador de cuanto flujo recolecta, por lo cuál puedes ver cuánto menstrúas realmente. A mí me habían dicho que en total era sólo lo de una cucharada pero ¡no! desde el día 1 al 4 llevaba 20 ml por cada día.
Día 5 y 6
A diferencia del período anterior, ésta vez si use la copa todos los días de mi menstruación, por lo que me di cuenta que en estos 2 días mi período se redució a 10 ml y después a 6 ml respectivamente.
Día 7
Este fue el "día borra" de mi período, (en el cual el flujo se torna más oscuro muestra de que está por irse).
En conclusión de toda la semana puedo decir que fue muy placentera, no sentí la copa y pude realizar mis actividades cotidianas sin preocuparme por fugas.
TERCER PERÍODO CON LA COPA
Día 1.
Éste período sin duda fue muy extraño. Mi regla se atrasó dos días, lo cuál definitivamente se me hizo raro dado que desde mayo, a través de la menstruación consciente (dale clic para saber más sobre ella) me volví regular.
También se me redujo; por lo general, los primeros 3 días, mi copita marca 25 ml por cada día, y en ésta ocasión sólo llené 21 ml. Much@s dirán "sólo son 4 ml", pero cuando se tiene el control de tu menstruación muy fijado, esto sin duda es cuestionable.
Día 2.
Lo que no menstrué el día 1, lo menstrué en éste jajaja. En total fue de 35 ml. Ese sí que fue un día ajetreado, anduve en carretera y no me ayudó mucho el estar "vaciando" más sangre de lo normal. Tuve que acudir a un baño público, y cómo sabrán, fue la primera vez que tendría que sacar y vaciar la copa fuera de mi confortable baño.
Estaba un poco paranoica, llegué a pensar que si la sacaba se iban a impregnar en ella miles de bacterias provenientes del aire del baño, que me iban a causar una enfermedad y que me iba a morir. Bueno no morí, y con la ayuda de una botellita con agua enjuague mi copa una vez afuera y la volví a insertar.
Pero ahí no terminó todo, nos dirigíamos a la casa de mis abuelos, su casa está rodeada y rodeada de áreas verdes, por lo que su baño me ha dado desconfianza desde que tengo uso de razón, y ahora con la necesidad de vaciar mi copa no pude evitar imaginar que algún animal podría acercárseme mientras yo estaba sacando o introduciendo mi copa. Afortunadamente, nada de eso paso, y pude hacer todo con gran facilidad.
Día 3.
Mi flujo sólo abarcó los 18 ml durante todo el día, por lo que pude regresar a mi casa y vaciar la copa en ella.
Día 4 y 5.
Sólo tuve 9 ml y 3ml respectivamente
Día 6
Este fue mi día borra, por lo que mi período se redujo un día. De nuevo pueden decir que solamente fue un día, pero si se pone atención a cada menstruación que hemos tenido, podemos tener una noción de lo que es "normal" cada mes, y en mi caso "normal" es que me dure más días, no que se me reduzca.
CUARTO PERIODO CON LA COPA
Día 1
De nuevo me tocó menstruar estando fuera de casa, pero no fue un gran problema como el mes anterior.
Día 2 al 6
Todo pasó de maravilla, la copa y yo somos aliadas ahora.
Puedo decir totaalmente segura que JAMÁS regresaré a los productos desechables, estos meses han sido maravillosos, mi menstruación ya no es algo desagradable, puedo realizar mis actividades sin preocuparme por si ya se llenó la toalla.
Espero que este largo escrito te sirva de algo y que te animes a cambiar también. Como siempre, son bien recibidos tus comentarios (:
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